A todos los amantes de la naturaleza salvaje, la auténtica, la que no está domesticada para el turista, nos gusta perdernos en lugares que son verdaderos paraísos naturales. Namibia es uno de esos lugares de naturaleza privilegiada y diversidad silvestre. Destaca también por ser el primer país africano que incluyó la conservación de la fauna en su constitución, lo cual representa un avance sustancial; eso sí es progreso y lo demás son tonterías.
En Namibia podemos ver con frecuencia leopardos, leones, elefantes, rinocerontes y otros grandes mamíferos. El territorio que va de Caprivi a las regiones del centro-norte de Namibia albergan más de 30 cabañas de conservación que invitan a los visitantes a participar en algunos de los encuentros con la fauna más inolvidable de África, y esta fauna prospera equilibradamente.
Cuando África se enfrenta a un problema creciente con la disminución de la fauna, debido a la caza furtiva, el contrabando de animales, la guerra, etc, Namibia se alza como un ejemplo de conservación. El eje de sus planes pasa por desarrollar un turismo sostenible con una adecuada conservación de los hábitats más valiosos, que alcanzan más del 40% de su territorio bajo programas de gestión de conservación. El denominado Área de Conservación Transfronteriza Kavango-Zambezi (KAZA) se inauguró oficialmente en marzo de 2012 y es la mayor zona de conservación del mundo con 160,000 kilómetros cuadrados en cinco países.
El innovador enfoque de conservación natural más allá de las fronteras que aplica KAZA se extiende por toda la franja de Caprivi en Namibia y protege corredores vitales de fauna que comparten Angola, Botswana, Namibia, Zambia y Zimbabwe. Así, las zonas de conservación comunitaria se están demostrando esenciales para esta labor y las comunidades rurales comparten de forma equitativa los ingresos por los negocios relacionados con la fauna, lo que revierte en el bienestar de miles de habitantes.
Esta política conservacionista ha conseguido incluso que muchos cazadores furtivos se vuelvan guardias protectores, dado que han comprendido los enormes beneficios que representa convivir con la fauna local.